Sólo sueños son.

Los sueños se gastan. Se gastan de estar archivados en un rincón, de estar esperando a que tú te decidas a cumplirlos. Se aburren de tu indecisión, de tus miedos. Atrévete a saltar y ponles alas. ¿Qué puede ser lo peor? ¿Que las cosas no salgan como tú las planeabas? Pues yo prefiero que se hagan añicos porque una ráfaga de aire hizo tambalear su vuelo, a ver como se hunden bajo una gruesa capa de olvido. Y en el medio de ese viaje, quiero que conozcan tus labios. Quiero que se deslicen por ellos como una gota de lluvia, como lo hace mi lengua. Quiero que se introduzcan en tu boca y se deslicen por todo tu interior, empapándose de ti. Quiero hacer que en mis sueños también aparezcas tú. Quiero que tu sonrisa sea la viajera del asiento de al lado, que tu voz inocente sea la música que se escuche a todas horas en la radio. Quiero vivir mis sueños contigo.

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