-hailey-

Adoro a esa mujer. La amo. Me encanta ver su pelo negro rizado. Me encantan sus ojos verdosos. Su voz dulce. Cada uno de los gestos que hace al cantar. Me encanta como mira, como acaricia el micro, como araña la guitarra. Desde siempre quise verla. Pero no podía. Los motivos típicos de una adolescente cualquiera: los padres. Pero por fin había conseguido que se ablandasen un poco y me dejasen ir a verla. Beatriz, la emperatriz del rock. Era la emperatriz del rock y de mi corazón. Mi amor platónico. Sabía que ella nunca iba a fijar sus ojos en mí, pero yo me conformaba con ser una adolescente más, coreando su nombre en cada canción que cantara.
Estaba emocionadísima. ¡Iba a poder ver a Beatriz! Cada día faltaba menos para el gran concierto. Iría acompañada de uno de mis mejores amigos porque mis padres no me dejaban ir sola. No era lo suficientemente responsable. Pero eso no importaba. Lo único importante era que por fin iba a verla. Beatriz, la diosa de mis sueños, mi musa, mi vida. Iba a tenerla frente a frente.
Y ahora aquí estoy. Esperando a que salga a escena. Esperando para ver sus ojos verdosos, su pelo negro, su preciosa sonrisa. Estoy preparada para gritarle "te quiero", cuando por fin la veo. Está agarrando un micrófono. Me cae una lágrima. ¡Mi dulce Beatriz! ¡Por fin puedo verte!

No hay comentarios:

Publicar un comentario